El próximo día me dediqué a recorrer la ribera oeste del lago Llanquihué, pasando por las
poblaciones de Llanquihue, Puerto Octay y Frutillar, donde comí y
pude observar que aún persiste una fuerte influencia germánica,
incluso con las comidas y una marca de cerveza que se llama Salzburg
.
Frutillar fue fundada en 1856 por
colonos alemanes, tiene muchas edificios de estilo bávaro que se han
convertido en hoteles y restaurantes, uno de los más interesantes es
el Museo Colonial Alemán con unos bonitos jardines.
Junto a la orilla del lago destaca un
edificio moderno, es el Teatro del Lago, con capacidad para 1.200
personas. Tiene una situación privilegiada en la ciudad, en esos
días se estaba celebrando “Las Semanas Musicales” festival
anual, muy reconocido en toda la región.
Al día siguiente, salía en un
confortable bus con dirección a la misteriosa isla de Chiloé,
rodeada de mitos y leyendas .
No hay comentarios:
Publicar un comentario